Consagración de la Cruzada Eucarística al Corazón Inmaculado de María

Nuestra Señora de Fátima es proclamada Reina y Protectora de la Cruzada Eucarística para Niños.

A su Corazón Inmaculado se consagra enteramente el crecimiento de la Cruzada en santidad y difusión.

Texto de la consagración de la Cruzada Eucarística para Niños al Corazón Inmaculado de María

“En estos tiempos tan difíciles para la vida de la Santa Iglesia, elevamos nuestros ojos hacia ti, oh Señora nuestra. En 1917, en Fátima, viniste a predicar la Cruzada más grande jamás emprendida contra las feroces fuerzas del demonio que luchan por precipitar a las almas al infierno. Y por eso te apareciste a tres niños, para pedirnos a todos, a través de ellos, rezar, comulgar, sacrificarnos y ser apóstoles por la victoria de la Santa Iglesia católica sobre las fuerzas del mal.  

Deseando responder a tu llamado, hemos relanzado la Cruzada Eucarística, convencidos de que los niños, a través de sus oraciones y sacrificios, sabrán atraer sobre nuestro pobre mundo las misericordias del Cielo y dirigir con su ejemplo a una multitud de “gigantes” en el combate por el restablecimiento de los derechos de Nuestro Señor Jesucristo. 

Hoy queremos también confiar solemnemente a tu protección maternal la Cruzada Eucarística para Niños. La consagramos enteramente a tu Corazón Inmaculado. Dígnate aceptarla, Virgen Santísima de Fátima, y convertirte en su Reina y Protectora. 

Muéstranos que esta consagración te es agradable, derramando sobre la Cruzada Eucarística y sobre todos aquellos que la promueven, apoyan o defienden, una lluvia de bendiciones divinas, a fin de que su crecimiento en santidad y su difusión sean para el mundo un testimonio vivo del poder de tu Corazón Inmaculado.

Y, al fin, en el Cielo, reunidos, gracias a tus cuidados, alrededor del trono de Jesús, Nuestro Salvador, el Único y Verdadero Dios, todos los Cruzados y las almas salvadas por ellos, griten a una sola voz y por toda la eternidad: ¡VIVA CRISTO REY!”

En el 70° aniversario de la primera aparición de Nuestra Señora en Fátima, 13 de mayo de 1987.